Descripción
Los Libros de Laúd
Laúd renacentista
Los Libros de Laúd. La presente grabación es la primera de una serie abierta de registros discográficos que esperamos sea amplia y diversa y que he titulado Huellas musicales en la Biblioteca Colombina, nombre con el que habitualmente se conoce a la que fue biblioteca particular de Hernando Colón. Hernando Colón (1488-1539), segundo hijo del descubridor Cristóbal Colón, fue educado en la corte, primero como paje del príncipe Juan y, a la muerte de este, de la reina Isabel, entre 1494 y 1502. Hernando debió desarrollar en ella su gusto por la música. Prueba de esto es el hecho de que, en 1509, entre sus pertenencias había:
“seis cuadernos de tañer que tienen cuarenta y siete hojas del tañer, sin las [hojas] blancas…, seis cuadernos de papel que hay coplas, tienen setenta y cuatro hojas escritas, sin las blancas… cuerdas de alambre de monacordio”.
Esta afición debió ser una constante en su vida y encaja a la perfección con su perfil de cortesano renacentista. En un listado de sus bienes, efectuado en 1539, poco después de su fallecimiento, aparecen: “Un envoltorio que dice música de vihuela y monacordio…, romances para cantar y tañer…, un clavicordio…”. Hechos ambos suficientes para considerarlo como un músico diletante.
Hernando Colón fue un bibliófilo excepcional, además de un notable cosmógrafo. Logró reunir una impresionante colección de 3.204 grabados, entre los que estaban representados Alberto Durero y Lucas van Leyden, y una biblioteca que llegó a contar con algo más de 15.000 libros. Esta última, tras un largo proceso, fue depositada en la catedral de Sevilla en 1552. En la Biblioteca Colombina había una importante sección de libros de música práctica y tratados de teoría musical, impresos y manuscritos, adquiridos personalmente por Hernando en sus viajes y a través de numerosos agentes establecidos en los principales centros europeos de la impresión y el comercio de libros.
Desde 1519, Sevilla es residencia habitual de Hernando y en esta ciudad tiene casa abierta en la calle Clara, en la colación de San Lorenzo. En 1526, es ya propietario de otra casa en la calle de las Armas, en la colación de San Miguel y, desde esta fecha hasta 1528, reside en Sevilla para supervisar las obras de construcción de su casa en la puerta de los Goles. En ella, buscaba imitar la práctica de los humanistas italianos que vivían en villas periurbanas, con jardines, donde poder disfrutar de la tranquilidad necesaria para el desarrollo de sus trabajos. La fachada, en el estilo imperante “a lo romano”, era en mármol blanco de Carrara y su ornamentación fue encargada a los entalladores genoveses Antonio María Aprile de Carona y Antonio de Lanzio, naturales ambos del obispado de Como.
Esta nueva residencia sería el lugar destinado a guardar su biblioteca. La precisión de los instrumentos de descripción con los que contó la biblioteca han permitido conocer tanto su riqueza original como el expolio actual, del que los restos de la colección de libros de música son un triste ejemplo. El Índice General Alfabético o Abecedarium B y Supplementum, más conciso pero completo, con 15.344 asientos, y el Registrum B con 4.231, minuciosamente descritos, son los repertorios bibliográficos que he manejado para profundizar en el conocimiento de los libros de música práctica que formaban parte de la colección.