Armoniosi Concerti

17,00


Armoniosi Concerti sopra la Chitarra Spagnuola

Obras de Kapsberger, Pellegrini, Negri, Caroso, Corbetta, Castaldi, Bartolotti y Piccinini.

Juan Carlos Rivera

Contenido

Johann H. Kapsberger (150-1651)
  • Tocata Prima.
  • Tocata Arpegggiata.
  • Tocata Setima.
  • Capona & Sferaina.
  • Canario.
Domenico Pellegrini (c. 1600-1662)
  • Chiacona in parte variate alla vera spagnuola, col il basso per tiorba.
Cesare Negri ‘il Trombone’ (1535-1604)
  • Il Canario in parte variate.
  • Balletto a due detto “Alta Mendoza”.
  • Balletto a quatro detto “Il Bianco Fiore”.
Marco Fabricio Caroso (c.1527-1605)
  • Spagnoleta di Madriglia.
Francesco Corbetta (1615-1681)
  • Prelude & Chaconne.
Bellerofonte Castaldi (1580-1649)
  • Cecchina Corrente.
  • Aurora Corrente.
  • Mustazzin Corrente.
  • Sgroppato Passegio.
Angelo M. Bartolotti (d. 1669)
  • Suite por la E (re menor)
Alessandro Piccinini (1566-1638)
  • Chiaccona in parte variate.
  • Corrente decima.
  • Tocata VI.
  • Corrente Seconda.

Duración Total: 69’25”


Producción: José Mª Martín Valverde. Toma de sonido: Jorge Marín.

Email
SKU: MPC-0707 Categorías: , , ,

Descripción

Armoniosi Concerti sopra la Chitarra Spagnuola

Obras de Kapsberger, Pellegrini, Negri, Caroso, Corbetta, Castaldi, Bartolotti y Piccinini.

El siglo de la guitarra española.

Sabido es que los franceses tuvieron tan poco que ver con la invención de la tortilla francesa como los rusos con la de la ensaladilla rusa, llamada ‘ensaladilla nacional’ en la postguerra por motivos políticos. También es sabido que el corno inglés, a pesar de su nombre, fue inventado por los franceses (cor anglais, es decir, angulado, por el ángulo que formaba su tubo en los primeros modelos).

¿Por qué se llamó ‘española’ a la guitarra desde finales del siglo XVI? Se repite con frecuencia la insatisfactoria explicación de Gaspar Sanz en su Instrucción de música sobre la guitarra española (Zaragoza, 1674):“Los Italianos, Franceses y demás Naciones, la gradúan de Española a la Guitarra; la razón es, porque antiguamente no tenía más que quatro cuerdas y en Madrid el Maestro Espinel, Español, le acrecentó la quinta”.

La explicación se apoya en una tradición que encontramos ya en Cervantes (Viaje del Parnaso, 1614), Lope de Vega (El Laurel de Apolo, 1630, y La Dorotea, (1632) y Nicolao Doici de Velasco (Nuevo modo de cifra para tañer la guitarra, 1640). Pero tal explicación cae por su base en cuanto se demuestra que antes de que Espinel naciera, ya existían guitarras de cinco órdenes. Las razones deben buscarse más en la necesidad de distinguir al conocido instrumento de un homónimo de características muy distintas con raíces en la oscuridad de la Edad Media.

En efecto, durante los siglos XIV y XV abundantes documentos literarios y administrativos señalan la popularidad de la guitarra, utilizada en el palacio y en la calle desde Toledo a Flandes o Constantinopla. Pero al añadir a estos los documentos iconográficos se comprueba que las gentes de aquella época llamaban guitarra a un instrumento de contorno periforme. Un humorístico Libro de cetrería del siglo XV afirma lo siguiente acerca de los halcones “borníes”: “Salen dellos muy buenos perdigueros, en especial unos que son de talle de guitarra, teniéndolos bien templados al destemple”.

¿Halcones de talle de guitarra? Nos saca de dudas el músico flamenco afincado en Italia Johannes Tinctoris (1484), al que traduzco del latín original: La ghiterra o ghiterna adopta la forma de caparazón de tortuga, la disposición de las cuerdas y la forma de pulsación del laúd, aunque es mucho más pequeña. Este tipo de guitarra, seguramente conocido como “guitarra morisca”, cayó en desuso durante el siglo XVI, aunque en ambientes populares y en determinadas zonas geográficas se mantuvo más tiempo. Así lo sugieren ciertos detalles como la traducción que ofrece el Vocabulario de las dos Lenguas toscana y castellana (Sevilla, 1570) de Cristóbal de las Casas: “Guitarra: ribeba, ribeca”. Sólo así se explica también que un nuevo instrumento con apariencia de gran laúd fuera bautizado por sus inventores como chitarrone, porque para cualquier persona de aquella época era, en realidad, como una gran guitarra, aunque, obviamente, no de las guitarras con caja en forma de ocho.

Hacia 1600 el uso de la guitarra española de cinco órdenes se había extendido y generalizado de tal modo, que el Tesoro de la lengua, de S. de Covarrubias (1611), la define como “instrumento bien conocido y exercitado muy en perjuycio de la música que antes se tañía en la vihuela“, y en otro lugar añade: “La guitarra no es más que un cencerro, tan fácil de tañer, especialmente a lo rasgado, que no ay mozo de cavallos que no sea músico de guitarra“.

En la literatura española del siglo XVII pueden espigarse centenares de citas, que sitúan a la guitarra en todos los niveles y ámbitos de la sociedad desde las cámaras reales y las iglesias a los mesones y los corrales. En Francia e Italia la situación no era muy distinta. La conquista de tan vasto territorio no se hizo sin vencer bastantes resistencias, como la mostrada por Covarrubias, lo que convirtió a los guitarristas en defensores de su instrumento, dispuestos a proclamar a los cuatro vientos su perfección, discutida por otros. Perfecta o no, el hecho innegable es su carácter de instrumento emblemático para aquella época.

Información adicional

Estilo

Barroco

Interpretación

Guitarra

Artista

Juan Carlos Rivera